Tras seis meses de pruebas, Metro de Madrid ha decidido suprimir el sistema de tornos abiertos que llevaba ensayando y que se extendía a un total de 35 vestíbulos al no lograr los resultados esperados, como es el agilizar el sistema de entrada al suburbano.
Según han explicado fuentes de Metro, la compañía ha optado por concluir esta experiencia piloto y volver de forma homogénea en todas las estaciones al sistema de tornos cerrados.
En este sentido, detalla que el resultado de este ensayo ha deparado resultados dispares. Así, el algunas estaciones este sistema ha tenido efectos positivos, sobre todo cuando coincidían con eventos "de gran tamaño" o en paradas con gran afluencia de viajeros.
Sin embargo, estaciones "más pequeñas" y con un volumen de viajeros más reducidos, el modelo de tornos abiertos no ha obtenido "los efectos esperados", como es mejorar el tránsito a las instalaciones.
Aparte, desde Metro han apuntado que el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) trasladó a la compañía que simultanear dos sistemas de acceso (puertas cerradas y abiertas) generaba "dificultades" en personas con discapacidad.
Por tanto, la conclusión de este proyecto piloto desplegado durante un año es que los tornos abiertos no ha llegado a las expectativas iniciales y se vuelve, en consecuencia, al sistema de puertas cerradas que se activan para permitir el acceso cuando se aporta el billete o título de transporte.
Presente en ciudades europeas
Esta medida se había desplegado, por ejemplo, en las estaciones de Avenida de Guadalajara, La Almudena, Las Rosas, Delicias, Palos de la Frontera, Alameda de Osuna, Almendrales, Canillejas, San Fermín - Orcasur, El Capricho, Villaverde Bajo - Cruce, Manoteras, Ciudad de los Angeles, Hortaleza, Valdeacederas, Arganzuela - Planetario, Carpetana, Valdecarros, La Gavia, La Elipa, San Cristóbal, Las Suertes, Bambú, Pinar del Rey, La Peseta, Aviación Española, Carabanchel Alto, San Francisco y Mirasierra.
La experiencia buscaba comprobar si el sistema mejoraba la "fluidez" de los viajeros en el acceso a las estaciones y se ensayaba también como elemento positivo para el ahorro en mantenimiento. Este sistema sí funciona en otros suburbanos de grandes ciudades europeas.