Ha sido un goteo incensante. En los últimos años han ido echando el cierre los kioscos y restaurantes tradicionales, emblemáticos de la Casa de Campo. Los madrileños y visitantes del lago se quejan de que ya no quedan locales. El 2 de marzo se acaba la concesión del único restaurante que queda en el lago.
Ha habido hasta seis establecimientos que han ido cerrando paulatinamente cuando se acababan las concesiones del Ayuntamiento, que duraban diez años. Samuel está al frente del último de estos restaurantes que permanece abierto, el restaurante Montaloya.
"Es una mala noticia que cierre porque es una zona que se queda absolutamente desasistida de poder tomar un café o comer. No se sabe cuando se va a volver a abrir", explica el dueño. Además, es una zona de Madrid donde los fines de semana se llena de familias, deportistas o gente que va a pasear por el parque.
Reformas y grandes empresas
"Lo que se comenta es que tienen que hacer todos los restaurantes una reforma, tanto fuera como dentro, para las nuevas concesiones y no se sabe cuando van a abrir. También se dice que en un futuro esto estará a cargo de grandes empresas. Ademas los empleados se van a quedar sin trabajo", señala Samuel.
Por lo tanto, puedes ir a Casa de Campo para dar una vuelta y realizar actividades deportivas, mientras que para tomar algo con tu familia o amigos "ya es imposible". Y es una pena porque desde este sitio hay "una de las mejores vistas de Madrid".