José Manuel García Margallo, exministro de Asuntos Exteriores y eurodiputado del PP, ha manifestado en una entrevista en Buenos Días Madrid de Telemadrid que tal y como está la situación en Ucrania hay que darle una salida a Putin. “Por supuesto que hay que dársela. Creo que la equivocación que cometimos fue alentar la idea de que Ucrania podría entrar en la OTAN. La alianza Atlántica no importa problemas y la entrada de Ucrania crearía problemas”.
Cree que “hay que buscar una salida diplomática, un mediador. Lo que pasa es que si China ahora abandona su papel de mediador porque se pasa al bando ruso, tenemos un problema”.
“Ahora quien está sufriendo es el pueblo ucraniano, el único culpable es Rusia que no sólo está incumpliendo la legislación internacional sino los propios compromisos que Rusia adquirió con Ucrania, porque Ucrania renunció a su arsenal nuclear a cambio de que Rusia garantizase su integridad territorial. Ahora ha ido más lejos y va a ser muy difícil hablar con Putin”.
Crímenes de guerra
Señala que “el fiscal de la Corte Internacional ha abierto una investigación sobre crímenes de guerra porque ha atentado contra los corredores humanitarios, se ha masacrado a la población civil, se bombardeó una maternidad en Mariúpol”. No obstante, señala que Rusia no ha reconocido a la Corte Internacional, aunque podría ser detenido si saliese”.
A su juicio “hay que dar una salida porque estamos en un momento clave. Nos estamos cargando el orden internacional que nos dimos tras la Segunda Guerra Mundial en 1945, se está produciendo un cambio de alianzas y todo el mundo está pendiente de China”.
“No deja de ser paradójico –señala- que Estados Unidos que considera su adversario principal a China haya intentado que China medie en este conflicto. La gran preocupación ahora es que China puede estar dando armamento a Rusia y desde luego le va a dar ayuda financiera. Los rusos llevan un tiempo preparando el campo para que China les compre el petróleo y el gas si Europa deja de hacerlo, y en algún momento tendremos que hacerlo porque estamos financiando la guerra. Ese es un cambio estratégico fundamental”.
Cita el ataque iraní con un misil un centro en Irak en los últimos días “que la guardia revolucionaria dice que es Israel. Si esto pasa estamos en un cambio de alianzas, China sería aliada de Rusia, Irán puede levantar la cabeza y crear un conflicto en Oriente Medio cuando esto parecía encauzado, y es la gran preocupación de Arabia, Emiratos e Israel”.
Para Margallo “vamos a una situación económica como la crisis del petróleo de 1973 que también empezó con una guerra, la del Yon Kipur, y hubo que hacer un ajuste en todos los países extraordinariamente importante, aunque España, todavía bajo Franco, no lo hizo. Recuerda que posteriormente “los Pactos de La Moncloa fueron un reparto de los costes de la crisis. Si no hubiésemos pacificado la calle no hubiese habido proceso constituyente”.
“Ahora estamos en una situación muy parecida, vienen tiempos malos y dentro de poco peores. El salvavidas de este Gobierno ha sido el Banco Central que ha invertido 1,85 billones de euros en comprar deuda”, señala.
A Ucrania la dejamos sola
Recuerda Margallo que mucho antes de la invasión de Rusia “advertimos de que no iba a haber nunca tropas de la OTAN en suelo ucraniano ni una zona de exclusión aérea. Biden un mes antes les dijo a sus ciudadanos que se fueran porque si les pillaba el conflicto no iban a mandar tropas porque supone la tercera guerra mundial, no porque jurídicamente no podamos”.
“Muchos dicen que no entramos porque Ucrania no es territorio de la OTAN y eso solo quiere decir que no estamos obligados a hacerlo, pero no que no podamos hacerlo. Dijimos que no lo íbamos a hacer con lo cual a Ucrania la dejamos sola”, afirma.
Esperanza en que se debilite
“Tenemos que hacer un esfuerzo para dejar de comprar gas y petróleo para dejar de financiar a Putin. La esperanza ahora es que las sanciones debiliten a Putin y que haya o una rebelión de los oligarcas, que no les gusta un pelo que les expropien los barcos, o del pueblo ruso que empiece a pasar dificultades”, señala.
No obstante, Margallo duda de que “eso vaya a pasar a tiempo, y lo más importante es el sufrimiento del pueblo ucraniano, no dudo que ocurra, pero es posible que eso llegue cuando el pueblo ucraniano haya sido masacrado porque Putin es extraordinariamente peligroso. Empezó en la KGB y entrenando a la Stasi, cuando tuvo dificultades en Siria planchó Alepo o cuando tuvo problemas en Chechenia lo hizo con Grozni y ahora puede arrasar”.
Señala Margallo que “lo que quiere Putin es convertir a Ucrania en un estado vasallo, un estado tapón que no tenga capacidad de autodeterminación internacional. Para eso quiere quedarse con el Dombás, que ya lo tiene, que es la base industrial, quedarse con las cuatro centrales nucleares, con la energía y luego quedarse con la costa donde está Mariúpol y Odesa”.
Expansionismo de Putin
Afirma Margallo “que iba a cumplir su amenaza Putin lo sabíamos todos. La política exterior de Rusia siempre ha estado orientada a tener a sus adversarios lejos de sus fronteras, eso explica el expansionismo de los grandes zares y el cordón sanitario en la época de la URSS con los países del pacto de Varsovia. Cuando cae ese pacto, la mayor parte de los países pasan a la UE y la OTAN y están a 160 kilómetros. Putin avisa que cualquier intento de avanzar más iba a reaccionar con la fuerza y eso se produce en Georgia en 2008”.
Para Margallo Putin quería tener controladas las regiones de Ucrania. Cree que en 2013 muchos no creyeron en las intenciones de Rusia “y que había señales era evidente por lo que habían hecho en Georgia, en Crimea o en el Dombás… Ya entonces estaban preparando a su economía para un conflicto, reduciendo su deuda y aumentando las reservas”.