La Policía Nacional encontraba el cadáver de la mujer de 92 años en avanzado estado de descomposición. Al parecer, Enrique la mantenía en su domicilio del número 12 de la calle Salvador Alonso de Carabanchel para seguir cobrando su pensión.
"He tenido a mi madre en casa por problemas con el seguro. Cuando murió mi madre no pude hacer nada. Caí en un estado de depresión. No me pude levantar", comenta a nuestro reportero, José Antonio Masegosa.
Enrique fabricó el ataúd de su madre "con la madera de tableros que había preparado para la reforma de la cocina". El programa ha mostrado la habitación donde se encontraba el cuerpo, que estaba acompañado de un pequeño altar.
Los vecinos de la vivienda alertaron a la Policía por el fuerte olor que desprendía el piso. "Aquí no había ningún olor", asegura Enrique a pesar de que el cadáver de la mujer de 92 años estaba en avanzado estado de descomposición y de que durante meses replicaba a una vecina de que su madre se encontraba bien.
Los hermanos de Enrique no tenían constancia del fallecimiento. "No lo sabían porque nunca se han preocupado de venir a verla. Yo era el único que lo sabía. Lo único que he estado haciendo es ayudar siempre a mi madre y a mi hermano".
El Grupo V de Homicidios se hizo cargo de las investigaciones, aunque los primeros indicios apuntan a que la anciana falleció de muerte natural. No obstante, será la autopsia que se le practique en el Instituto Anatómico Forense la que lo determine.
La Jefatura Superior de Policía de Madrid ha informado a Efe de la puesta en libertad de este hombre, que tiene las facultades mentales seriamente afectadas y que queda a la espera de que el juez le llame a declarar. El hombre está acusado de la comisión de un delito de estafa ya que durante el tiempo que ha mantenido oculto el cuerpo de su madre muerta ha seguido cobrando la pensión que a ésta le correspondía en vida.