Durante los primeros meses de la pandemia del coronavirus se extremó la limpieza de las superficies porque se suponía que muchos contagios se producían por las partículas de los estornudos y la tos depositadas en algún punto que luego se tocase con las manos.
Pero cuando se abrió paso la hipótesis de la transmisión aérea, el contagio por aerosoles, dejó de hablarse de las superficies como una de las principales vías de contagio. Por el momento, no hay consenso científico del contagio por contacto con superficies.
Ildefonso Hernández Aguado, portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública, manifiesta a Buenos Días Madrid que, aunque no se descartan otras vías, “la parte más importante de las transmisiones del coronavirus es por aerosoles”.
Ciencia y recomendaciones
Opina Hernández que “es una cuestión de énfasis. Las recomendaciones que se hacen se basan en las evidencias científicas de cada momento. Al principio, y fruto del conocimiento sobre otras infecciones, que, por cierto, pueden seguir estando y lavarse las manos es una de las mejores medidas de salud pública, como digo se puso bastante énfasis en las superficies, entre otras cosas porque había estudios indirectos que hablaban de la permanencia del virus en superficies durante bastante tiempo”.
“Lo que ocurre –añade- es que a medida que ha avanzado el tiempo se han ido acumulando evidencias de que la parte más importante de la transmisión es por aerosoles, cuando hablamos y tosemos, aunque no se descartan otras”.
Centrarse en la transmisión aérea
“Lo que hay que hacer ahora es no centrarse en las superficies sino en la transmisión aérea –señala- Por lo tanto, todas las medidas que tengan que ver con el teletrabajo, con las distancias, con usar bien la mascarilla, eso hay que hacerlo y hay que reforzarlo”. Recuerda Hernández que “hoy en día, todavía, hay administraciones que no facilitan el teletrabajo ni las distancias y negocios que tampoco”.
Sobre si esto se pudo recomendar antes Hernández dice que “una cosa son las evidencias científicas y otra lo que las agencias internacionales recomiendan de acuerdo al contexto general. Puede que haya cierto grado de paternalismo y ha habido críticas por el retardo en las recomendaciones. Lo recuerda en un editorial de la revista ‘Nature’.
En cuanto a la incertidumbre que genera si lo de antes ahora no vale y lo de ahora no valía antes, Hernández dice que “el que la ciencia es mutable es inherente a la ciencia, vamos revisando las ideas. Lo que nos falta seguramente en algunos países es una mejor divulgación científica. Es imposible que la ciencia no vaya cambiando, pero hay que mejorar cómo se traslada”.