Ocurre en la Cañada Real. Hace diez días demolieron una chabola y dejaron allí los escombros. Ahora, una familia ha quedado atrapada. Para salir de su casa tienen que atravesar una montaña de cascotes. Hay un cable de luz colgando del que salen continuos chispazos. Algo tan normal como salir a la compra o ir a trabajar se ha convertido en una auténtica odisea. Entre los afectados hay una mujer embarazada, personas mayores y niños.