Decenas de personas siguen acercándose cada día a los comedores y centros sociales en busca de alimentos.
Son las llamadas colas del hambre, que seguimos viendo en Madrid a pesar de la nieve y el frio.
Si su situación es vulnerable desde un inicio, ahora se complica aún más. Estos días, además de comida, buscan bombonas de gas, mantas y estufas para sobrevivir a las bajas temperaturas.
En las puertas de la Fundación Madrina, debido al frío, está completamente vacía. Esmeralda ha venido a recoger alimentos para su familia.
No solo es una crisis económica, también lo es energética. “No tenemos buena calefacción en casa y lo estamos pasando como podemos sin una estufa ni calefactor”, reconoce. “Lo pasamos bien super abrigados en casa y sin salir porque hace mucho frío”, añade.
Como Esmeralda, decenas de personas vienen a recoger alimentos pero hay desabastecimiento en la Fundación Madrina, al igual que pasa en los supermercados.
Por eso la Fundación Madrina pide ayudas y donaciones para ayudar a los más vulnerables, a los que más lo necesitan.