Montones de ramas cortadas de árboles que resultaron afectados por la borrasca ‘Filomena’ se acumulan en el Soto de Móstoles donde se están pudriendo por la humedad y el calor sin que nadie las haya retirado.
Es algo que está pasando en numerosos puntos de la Comunidad de Madrid, pero que en Móstoles alcanza dimensiones preocupantes. Las ramas de los árboles cortados se acumulan donde antes de la pandemia se realizaba el mercadillo municipal.
Foco de basura y roedores
Mercedes Parra, vecina de Móstoles, cuenta a Buenos Días Madrid que “se empieza a convertir en un auténtico problema” y el Ayuntamiento de Móstoles se lo toma con calma. “Desde que se quitaron los restos de los parques, llevan tres meses así, toda la zona cercana al hospital está llena de árboles cortados”.
Denuncian los vecinos que es un solar que el Ayuntamiento de Móstoles está usando para dejar ahí todos los árboles, pinos y ramas que la tormenta Filomena destrozó. Montañas y montañas de ramas que se estén pudriendo desde hace tres meses y nadie los corta ni los retira. Dicen los vecinos que en el lugar se están acumulando también basuras y con la humedad cuando las temperaturas empiecen a subir, los olores pueden ser insoportables y se puede convertir en un perfecto hábitat para los roedores.
Vertedero de árboles
El antiguo recinto del mercadillo se ha convertido en un vertedero de árboles. Los vecinos temen que los restos vegetales que ya causan mal olor provoquen también una plaga de insectos. De hecho, eclosionan los nidos de orugas y “hay olores y humedad porque ya se están descomponiendo”, dicen.