Albert vive en una comunidad de propietarios que había llegado a un acuerdo con una empresa de gas que les suministra el gas de forma colectiva.
Son calderas comunitarias. Las facturas que venían pagando normalmente eran de entre 100 a 200 euros al mes. En enero les llegaron unas facturas desorbitadas. En el caso de Albert, de 835 euros; en el caso de otros vecinos, de 1.000 y más.
También ocurrió en el mes de febrero: algunos vecinos recibieron facturas de hasta 2.000 euros por diez días.b
Decidieron cambiar de empresa, no por el tema del precio, sino porque así lo acordó la comunidad de vecinos. Y en las últimas semanas la empresa, NESS, les ha subido aún más las facturas, multiplicándolas por 10 e incluso por 20.
La última lectura del contador la hicieron presencial. Ellos creen que NESS les había estado cobrando antes de menos, y por eso, al regularizar, luego vinieron esas otras facturas de escándalo.
Ahora se han pasado a ENDESA como suministrador.