Nuevos retrasos en cercanías. Cuando la megafonía suena los usuarios se ponen a temblar.
Así ha estado el andén en la estación de Villaverde en las últimas horas, colapsados. Según los usuarios, coger el tren es toda una aventura.
Los retrasos son continuos. Con las restricciones de tráfico el transporte se ha hecho imprescindible pero los viajeros se sienten indefensos ante tanta incidencia.
Raro es el día, dicen, en que no llegan tarde a sus clases o al trabajo.