El premio Nobel Mario Vargas Llosa ha dedicado un laudatio al Pueblo de Madrid, destinatario este año de la Medalla de Honor de San Isidro.
En ella, ha destacado una gran virtud del pueblo de Madrid: su amor por la libertad y su gran solidaridad. También ha advertido que aunque está ganando una primera batalla contra la pandemia, aún tendrá que librar una más contra las secuelas que dejará a nivel social y económico.
Vargas Llosa ha alabado la acción del pueblo de Madrid frente al Covid-19, a quienes ha descrito como unos "soldados" que han luchado "a manos descubiertas" contra esta "pandemia medieval" que ha adoptado en ocasiones forma de "demonios".
"Creíamos haber alcanzado con el progreso el dominio de la naturaleza; pensábamos que la naturaleza no podía sorprendernos y menos derrotarnos, y la experiencia del Covid-19, de esta plaga medieval, para la que nadie, ningún país estaba preparado, nos ha vuelto seguramente menos arrogantes, más humildes", ha expresado.
Si bien, ha puesto en valor que "en el futuro habrá mejores aptitudes para dedicar a la ciencia y a la técnica que poco apoco van conquistando los recursos necesarios para no tener en el futuro sorpresas tan desagradables como esta".
Ante esta pandemia, ha continuado, en la que parecía haberse dado un regreso a la Edad Media, los madrileños han "luchado en condiciones muy difíciles, a aceces sin la protección necesaria, sin los apoyos necesarios", pero que han conseguido "derrotar a la pandemia, está retrocediendo".
También ha hecho mención a la necesidad ahora de "afrontar las secuelas de esta pandemia, es decir, lo que va a dejar en el campo social, económico, y que va a requerir de un heroísmo menos espectacular, pero más silencioso".