Cada día cuando abren la persiana se encuentran con un mar de ruedas. Equivalente a diez campus de futbol: todos llenos de neumáticos. Los vecinos de Seseña tienen frente a sus casas 700 mil toneladas de goma. Miles de neumáticos con el que conviven desde hace siete años. Temen que cualquier día les pueda pasar algo: si se incendian, las consecuencias, advierten, serán desastrosas.