A Luis Martínez le han reventado a golpes. Ha sido víctima de una agresión homófoba en que le apalearon con una porra extensible y con puño americano en Peñagrande, la zona donde vive. Tiene hematomas, golpes y costuras en las piernas, espalda y la cabeza. Asegura a Buenos Días Madrid que podrían haberle matado y lo que más le duele, más allá del dolor físico, “es que esto me lo hizo un amigo”.
Luis que está “desanimado y hundido” tras la paliza recibida. “Habíamos quedado en un bar y me llevó a un descampado –relata- El que me tira al suelo era mi amigo, el que me agredió y me llamó “maricón de mierda”. Creo que quería raptarme, me robaron el móvil y lo destrozaron y también el DNI”.
Los hechos ocurrieron el 24 de febrero en la calle de las Islas Auletianas 1, en Peñagrande, entre las 6 y las 8 de la tarde. Dice Luis que entre un chico al que consideraba su amigo, “por llamarle de alguna manera”, y un conocido de este le dieron una paliza con una porra extensible, patadas y puñetazos por todo el cuerpo, incluso le hicieron una brecha en la cabeza en la que le tuvieron que dar cinco puntos de sutura.
Su 'amigo' orquestó la agresión
Cree que “todo estaba orquestado, menos mal que hay unos vecinos cerca y yo pedí auxilio a gritos”. Señala que sus agresores intentaron ir al coche a por cinta americana porque su intención era atarle y meterle en el vehículo para llevarle a otro sitio ya que había vecinos que lo estaban viendo por la ventana y gritaban que iban a llamar a la Policía.
“Está todo denunciado, ese amigo es una gentuza y a mí me va a costar mucho recuperarme de ello. Además de las lesiones físicas, no salgo a la calle, tengo pesadillas, no puedo dormir y estoy medicado”, afirma.
Que se haga justicia
Luis dice que confió en su supuesto amigo porque “no soy de Madrid llevo aquí unos años, y cuando llegas a un lugar que no es tu ciudad intentas buscar amistades, cariño. Soy emprendedor, alegre, y a mi todo esto me ha hundido”. Sufrió amenazas e insultos como “maricón de mierda” y “un maricón menos”. Cuando se fueron al coche, arrastrándose como pudo consiguió pedir ayuda hasta que llegó un matrimonio y se quedó con él mientras llegaba emergencias y le trasladó al hospital.
Ahora lo que quiere es que “se haga justicia porque, además, alardeaban de ello” Asegura que, aunque está bastante mal psicológicamente, quiere visibilizar lo que le ha ocurrido para intentar que este tipo de agresiones no se repitan. Luis trabajaba en un supermercado, se quedó en el paro, y estaba empezando a buscar otro trabajo cuando sufrió la agresión homófoba.