El año pasado las paradas de taxi estarían llenas a estas alturas por las cenas y comidas de empresa de la Navidad. Reuniones que no se han podido celebrar por la pandemia del coronavirus.
Ahora nos encontramos con calles vacías y taxis sin clientes, una imagen nada usual en la Navidad madrileña.
Un ambiente muy triste que también se ve en los restaurantes donde tenían lugar esos encuentros multitudinarios entre compañeros.
“Ibas por cualquier lado y te levantaban la mano por todas partes y cargabas”, nos cuenta José Antonio, un taxista.
“En esta parada estamos al revés, hay coches pero no clientes. Aquí no tenía que haber ningún coche. El año pasado se peleaban por coger un taxi y hacíamos cerca de 30 servicios y te ibas a la periferia. En cualquier lado había personas buscando el taxi. Hoy solo llevo ocho servicios” nos cuenta.
Es complicado llevar clientes cuando otros años era justo al revés.