Es el antes y el después de las secuelas que ha dejado la pandemia de coronavirus en Víctor Aparicio, enfermera del hospital Gregorio Marañón. Aparicio muestra a Buenos Días Madrid que el cambio de su aspecto físico en el último año demuestra lo que él ha pasado en su puesto de Enfermería en la UCI de un gran hospital, el Gregorio Marañón, al igual que sus compañeros de profesión.
Manifiesta que se vio en una entrevista de hace un año y en otra después “y me impresionó las canas de la barba”, por eso lo lanzó en redes. Aparicio señala que ha perdido 6 kilos de músculo y afirma que está “muy cansado emocionalmente”, que le cuesta dormir. Cuando empezó la pandemia obligó a su marido a irse de casa, y se quedó solo, dice que la gente se les “moría en las manos sin poderles entubar, no podían respirar. Ha sido un año realmente duro, el nivel de ansiedad y de incertidumbre era muy alto”. Ahora mismo Aparicio está de baja por ansiedad debido a una investigación que le han abierto en el hospital.
Sobre las fiestas ilegales dice que un problema de salud es un problema político. Hay demasiada tensión generada y la gente hace lo que puede. Ha pasado un año y los autónomos y el pequeño comercio están ahogados y la gente está cada vez más triste, creo que este comportamiento al final es el reflejo de ese hastío que la sociedad va acumulando”.
Enfermera y no enfermero
Explica Víctor la razón por la que quiere que le llamen enfermera en lugar de enfermero: “Nosotros los enfermeros usamos mucho el masculino y el femenino entrando y saliendo, es una carrera que es de mujeres, el 80 por ciento y en la carrera se habla en femenino, en mi clase éramos 4 chicos y es algo que tenemos muy integrado. Aparte de que dentro de la historia la figura de enfermero y enfermera son dos cosas distintas, el enfermero era el practicante de los pueblos que sacaba muelas y la enfermera era más la posición de la enfermería hospitalaria, que hacía cuidados, prevención, promoción de la salud, una enfermería más científica”, dice Victor.
“Me da rabia que se utilice como arma arrojadiza cuando a nadie en un hospital le extraña esto y no tiene nada que ver son la orientación sexual, por eso soy reivindicativo de la figura de enfermera porque es algo más identificativo”.
Reivindicación a los políticos
Señala Víctor que quiere hacer una reivindicación: “Como reivindicación quiero decir que llegan elecciones y los compromisos hay que materializarlos en algo, hay que favorecer el descanso del personal. La Comunidad de Madrid es una de las poquísimas comunidades en que las enfermeras aún seguimos trabajando 37 horas semanales, hay que restituir las 35 horas y media, se fomentaría el trabajo y descenderían las bajas”.
“La enfermería madrileña que es la decimoquinta peor pagada necesita medidas concretas cara al 4M. Ya que son irresponsables y van a elecciones yo exijo como enfermera que la Comunidad de Madrid se comprometa a medidas concretas para nosotros”, subraya.