Se temió la cancelación, pero el mal tiempo, la lluvía, no pudo con los Coldplay. Retrasó el comienzo del concierto, algo más de medio hora, pero al final los 50.000 fans del grupo británico, lo único que vieron caer del cielo fueron los confetis, los globos y los fuegos artificiales en una actuación increible, en la que combinaron momentos acústicos con otros más grandilocuentes y grandes éxitos, con once de sus nuevos temas.
Para la única cita en España, vendieron todas las entradas, el Calderón estaba a reventar.