El zarpazo de la crisis provocada por el coronavirus no distingue estratos sociales y cada vez hay más gente con perfiles altos que pide ayuda porque ha perdido el trabajo y se ha quedado en la ruina. Es el caso de María, que era modelo y fue presentadora de televisión y tiene que acudir ahora a las colas del hambre.
María tiene 55 años, es exmodelo y expresentadora de televisión y acudió por primera vez hace dos meses, a por el lote de alimentos de la Fundación Madrina. Para Buenos Días Madrid habla por teléfono porque quiere mantener su identidad a cubierto.
Por culpa de la pandemia
Asegura que lo que le ha pasado a ella “nos puede pasar a todos, nos puede afectar así la pandemia, pues efectivamente nadie puede saber cómo le afectará. Ahora me encuentro en esta circunstancia y tengo que acudir a los comedores sociales”. Asegura que “cada vez hay más gente en las colas del hambre que vivía desahogadamente, bien vestida, empresarios arruinados y que ahora tienen que mendigar”.
María perdió a su marido, enfermo de párkinson, hace cinco meses y no le han concedido la pensión de viudedad porque su esposo no había cotizado lo suficiente. Atrás quedaron los tiempos en los que presentaba un programa musical en televisión o cuando ganó el concurso de la cara más bonita en EEUU en los años 80.
Un currículum magnífico
Ahora se encuentra sin trabajo, pese a que tiene a sus espaldas un buen currículum: fundó su propia agencia de casting, trabajó de intérprete en un bufete y montó una tienda de complementos, que se fue al garete con la crisis anterior. María va de entrevista en entrevista, pero todos le dan con la puerta en las narices. María cree que "mi perfil y mi experiencia es un hándicap".
“Yo me he dedicado toda mi vida a trabajar, y ahora que estoy sin trabajo creo que es mucho mejor pedir que robar claro, como se suele decir. Gente como yo tiene que salir adelante como sea”, señala.
Que alguien pueda echar una mano
Ahora María se encuentra a gente en situaciones como ella en las colas para recibir ayuda social que “con la pandemia han tenido que cerrar sus negocios incluso empresarios de alto nivel que se han arruinado”, relata. “Yo, gracias a Dios no tengo hijos, porque si no la situación es más dramática, como les pasa a muchos de los que me encuentro”, afirma.
María quiere encontrar trabajo y pone todo de su parte “me da igual de lo que sea, y desde aquí hago una llamada y si alguien me puede echar una mano… Estoy en plenas facultades físicas y mentales para ello y ojalá me puedan echar una mano alguien. Agradezco (a Telemadrid) que deis visibilidad a este tipo de problemas que cada vez nos afecta a más gente”.