Pese a lo ocurrido y, sobre todo, teniendo en cuenta el "desprecio y poca humanidad" que les mostró el médico que les cogió el teléfono en aquellos fatales momentos hace dos años, los padres de Aitor aseguran que lo que realmente quieren es que esto no le pase a nadie más.
Dice también Bartolomé, el padre de Aitor, que están seguros de que en el 112 hay excelentes profesionales, “hay gente muy buena” y que el servicio sanitario madrileño funciona muy bien, pese a que ellos tuvieron la desgracia de toparse con un médico que cometió la "negligencia" de no atenderles.
“¡Ayuda, que mi hijo se muere!”
Después de llamar a la ambulancia en 5 ocasiones y colgarles el teléfono, los padres llamaron a la Guardia Civil de Navalcarnero “y son los primeros en llegar”, dice el padre.
“Poco después llega una ambulancia de soporte vital básico, suben a mi casa, a donde está mi hijo y la poca vergüenza que tienen, porque no se puede decir otra cosa, es que les digo: ¡Ayúdame, ayúdame, que mi hijo se me muere! Y salen corriendo otra vez para la calle. ¿Dónde se ha visto eso? Ningún animal, ninguna persona hace eso, porque todos los seres humanos tenemos un sentimiento y un fondo de corazón…”.
Luego les dijo una doctora que el cerebro había pasado mucho tiempo sin oxígeno para que su hijo Aitor se salvase.
Gran deportista y estudiante
El caso se encuentra ahora en los tribunales, que tendrán que dilucidar las responsabilidades. Pero para sus padres nada cambia el hecho de que su hijo ya no esté con ellos.
Aitor era muy deportista y un gran estudiante. Comenta su padre especialmente la afición de su hijo por los ordenadores y todo tipo de tecnología.
Aitor murió a causa de un tromboembolismo pulmonar y hasta que esto le ocurrió “lo más grave que tuvo mi hijo en su vida fue una gastroenteritis”, dice Bartolomé.
Su padre y él veían películas juntos, como hicieron la noche antes a que le ocurriera el trombo en el pulmón. Su hijo se mareó y se cayó en casa. Ahí empezó a ahogarse y fue cuando los padres llamaron al 112.
Bartolomé no sabe si se cumplieron o no los protocolos pero resalta que su hijo no está con ellos y está convencido de que si el médico que les atendió les hubiera enviado una ambulancia su hijo se hubiera salvado.