Como es habitual cada año por estas fechas, la Semana Santa no termina hasta que la procesionaria hace su presencia en forma de oruga y en rigurosa fila india por parques y pinares. En este caso, unos vecinos de Pinar de Chamartín -una zona llena de pinos- han hecho llegar su denuncia a Telemadrid para hacer saber que los pinares del barrio están de colonias de procesionaria.
Las copas de muchos pinos están llenas de bolsones con orugas dentro. Cada 'bolsón' -parecidos a los algodones dulces- puede llegar a contener unas 200 orugas procesionarias en su interior que al cumplir su ciclo en el bolsón caen al suelo.
Hay que señalar que las plagas de procesionaria suponen un riesgo de salud pública debido a que su aspecto tan peculiar las convierten en objetivos de contacto de niños y mascotas. Las orugas, al sentirse amenzadas lanzan unas púas que al contacto con la piel pueden provocar desde reacciones cutáneas más o menos severas en ojos, boca y bronquios hasta llegar a producir una anafilaxia severa.