La consecuencia de la guerra en Ucrania ya la estamos viendo en nuestros bolsillos. La inflación se dispara y algunas gasolineras de Madrid ya marcan los dos euros en su panel de precios. Es un punto importante, una barrera psicológica que ya se ha roto
Estados Unidos ha prohibido la compra de petróleo, gas y carbón a Rusia. Un paso más en el aislamiento a Putin y la presión económica. Reino Unido se sumará también y la Union Europea se plantea limitar la compra de gas a pesar de la dependencia de Alemania.
El precio del combustible continúa imparable y obliga a muchas empresas a buscar soluciones. En muchos casos, a convocar paros. El transporte se ve asfixiado por unos sobrecostes que acaban repercutiendo en sus clientes.
Europa se plantea limitar los precios. Biden reconoce que los ciudadanos van a pagar un precio por esto pero no se puede seguir financiando la guerra de Putin. Se producen giros inesperados hacia Maduro.