El confinamiento se deja notar en el ánimo de la gente y los productos que llevamos en la cesta de la compra delatan nuestro estado emocional. Al principio, fue la locura del papel higiénico, después aumentó el consumo de cerveza y ahora se ha incrementado el de productos para repostería como harina y levadura y el chocolate se ha convertido en el artículo favorito de la gran mayoría.
La psicóloga Ana Villarubia explica en Telemadrid a qué se debe este cambio que relaciona el estado emocional del confinamiento en función del consumo. “Son estrategias que afloran de manera natural y eso es saludable”.
Del miedo a los bizcochos
“Primero teníamos mucho miedo –añade- y eso se notó en los productos con que llenábamos la cesta de la compra, después pasamos a llenarla con caprichos y más bebidas con alcohol. Y ahora nos estamos llenando de harina, levadura o chocolate”.
A su juicio el auge de la repostería se debe a que “con eso matamos dos pájaros de un tiro pues nos entretenemos y es una labor muy gratificante”. “hacer un bizcocho –explica- es una satisfacción. Quien tiene niños en casa, por ejemplo, y lo realiza con ellos o para ellos tiene además cubierto un plan de entretenimiento”.
La satisfacción de crear algo
“Es la satisfacción de crear algo la que impulsa a la gente a comprar productos para hacer repostería en casa, sentir que uno los ha hecho es una satisfacción que no se puede comparar con comprarlos, es lo que llamamos en psicología autorealización”.
Cree Villarrubia que “la pequeña rutina es saludable, lo que antes hacíamos fuera de casa ahora lo hacemos desde casa, como quedar con los amigos para tomar una copa de vino o una cerveza”.