La gran subida experimentada por la luz está poniendo en serios apuros económicos a muchas familias que pueden llegar a la pobreza energética, simplemente porque no pueden soportar el elevado gasto. Pero hay también otras familias para las que la luz es una energía literalmente imprescindible. Familias como la de Aaron, un niño cuya vida depende de estar conectado permanentemente a un respirador.
Sus padres, David y Verónica necesitan las 24 horas del día mantener el respirador de su hijo Aaron funcionando porque sin él no viviría. Es electrodependiente y con el cambio de tarifa van a pagar muchísimo más.
Llamamiento al Gobierno
Los padres de este niño, que viven en Fuentidueña de Tajo, hacen un “llamamiento al Gobierno para que reconsidere el aumento de la electricidad, porque él (su hijo) no puede decidir no conectarse al respirador, lo necesita las 24 horas del día y como él muchas personas electrodependientes en este país están pagando a precio de oro la electricidad que les mantiene con vida”.
En 2017 consiguieron el bono social que les reduce un 40 por ciento de la potencia contratada y la energía consumida, no de la factura total. Por ejemplo, en enero pagaron 330 euros y eso que les restaron 29 por el bono social.
Afirma David que la nueva tarificación es vergonzosa porque ya de por sí sus facturas eléctricas son muy cuantiosas y creen que ahora se les va a ir por las nubes y eso que tienen placas solares funcionando por el día.
Piden ayuda al Gobierno para que se les reduzca la factura sobre todo en casos como el de su hijo Aaron que debido a una malformación genética no puede respirar por si solo sin ayuda de máquinas.