La paciencia del Real Madrid con Gareth Bale se está acabando. El que iba a ser el jugador franquicia del equipo tras el traspaso de Cristiano Ronaldo está resultando un fiasco más por su falta de compromiso y por su rendimiento deportivo.
Fuentes del club califican de injustificables dos recientes episodios del galés por entender que siempre antepone su interés personal al del club.
Bale viajó con su selección y quiere jugar contra España este jueves, algo que molesta en el Real Madrid después de que se borrase de la segunda parte contra el Atlético de Madrid por unas molestias (las pruebas revelaron que no sufría lesión), del viaje a Moscú (el Madrid perdió contra el CSKA) y de que pidiera el cambio contra el Alavés cuando faltaban 20 minutos y con 0-0 en el marcador.
Es el jugador mejor pagado de la plantilla, pero no asume esos galones y sigue alejado del grupo en el vestuario e individualista en el campo. Florentino Pérez no está muy por la labor de desprenderse de un jugador que considera una apuesta personal y por el que hace cuatro años rompió el techo del mercado al pagar 102 millones de euros al Tottenham.
Eso sí, todos reconocen que el jugador ha estado muy lejos de cumplir las expectativas. Cuatro años después de su fichaje, el delantero galés sigue sin hablar español y tampoco le ayuda su facilidad para las lesiones. Desde que juega en el Real Madrid, Bale se ha lesionado 19 veces.