El Real Madrid llevaba, hasta su compromiso de Liga de Campeones frente al Brujas, tres partidos sin encajar goles, la asignatura pendiente de los de Zinedine Zidane, y con un solo disparo a puerta en contra en los encuentros frente a Sevilla (0-1), Osasuna (2-0) y Atlético de Madrid (0-0), pero las carencias defensivas del equipo blanco se repitieron contra el conjunto belga.
Los problemas en defensa se esfumaron en esos compromisos, pero solo fue un espejismo en medio de un desierto. Parecía encontrar el rumbo, pero lo perdió este martes fruto de la velocidad y el desparpajo de los atacantes del Brujas.
El conjunto belga llegó al Bernabéu con un plan para hacer daño al Real Madrid, el que le hace liderar su liga: balones al espacio para sus tres atacantes africanos, finos y con una zancada endiablada que volvieron a derruir los cimientos de la defensa blanca.
El Real Madrid salvó un punto (2-2) en un partido que parecía propicio para que estrenara su casillero de victorias en la presente Liga de Campeones, pero que se le volvió a complicar por su fragilidad defensiva.
Lleva 345 días sin ganar en la máxima competición continental en el Santiago Bernabéu.