Carlos Sainz (Mini) terminó el Dakar más problemático de los doce en los que ha participado con una victoria de etapa en su último día de competición.
Sainz lamentó todos los problemas que ha atravesado su coche las nueve etapas anteriores, donde los fallos en el sistema automático de inflado y desinflado de los neumáticos fueron constantes y eso les llevó a quedarse en varias ocasiones encallados en la arena.
"Lo fácil hubiese sido abandonar", dijo Sainz, que al tercer día se quedó sin opción a repetir el triunfo del año pasado por culpa de un agujero que aparentemente no estaba señalado en la hoja de ruta y que le destrozó una rueda del coche, avería que le llevó casi cinco horas solventar.
El madrileño comentó que echó en falta más variedad de escenarios y terrenos en este Dakar que se disputó íntegramente en Perú, con diez etapas por el desierto peruano del 7 al 17 de enero, donde los tramos se alternaban entre dunas, valles con fesh-fesh (arena muy finas), ríos secos y zonas pedregosas.