"Valentía, coraje y nobleza". Esas tres cualidades son las que mejor definen los cien años de historia del Rayo Vallecano, un club que, con una particular idiosincracia y una identidad muy definida, ha conseguido desafiar los límites del propio deporte y convertirse en el símbolo de un barrio que, con una afición tremendamente arraigada con su equipo, es sinónimo de resistencia y reivindicaciones sociales.
Hace cien años, el 29 de mayo de 1924, nació oficialmente la Agrupación Deportiva El Rayo en la calle Nuestra Señora del Carmen, hoy llamada Puerto del Monasterio.
En esa fecha, y en el domicilio de Prudencia Priego, Julián Huerta, de oficio guardia civil, se convirtió en el primer presidente tras redactar los estatutos de la entidad y su hermano Juan en el capitán del equipo que disputó sus partidos los primeros años en el campo de la calle Erillas.
En 1931 se creó la Federación Obrera de Fútbol y el Rayo se inscribió en ella, participando en sus campeonatos hasta el inicio de la Guerra Civil española.
Tras el fin de la contienda, en 1940, se reorganizó el club, se nombró presidente a Miguel Rodríguez Alzola y se inscribió al club en la Agrupación de Federación Castellana de Fútbol y comenzaron las obras del campo Rodival, donde durante más de diez años jugarían sus partidos.
La junta que celebran el 13 de noviembre de 1947 es histórica para el equipo madrileño, puesto que en ella se decidió renombrar al club como Agrupación Deportiva Rayo Vallecano y, además, se aprobó el uso del escudo del entonces Ayuntamiento de Vallecas, con el consentimiento previo de este.
El Rayo Vallecano vistió de blanco hasta la temporada 1949/50, cuando incorporó a su elástica la franja roja. Debido a problemas económicos, entablaron conversaciones con el Atlético de Madrid, con el que hizo un convenio de colaboración y cedió algunos jugadores a cambio de que en su equipación hicieran algún guiño al conjunto rojiblanco.
El convenio con el Atlético de Madrid solo duró un año, pero la directiva del Rayo, que había tomado la decisión de incluir en su camiseta una franja roja similar a la de River Plate, un equipo argentino con reconocido prestigio en Europa por los jugadores que participaban en sus partidos internacionales, mantuvo esa indumentaria.
El hermanamiento definitivo entre River Plate y Rayo Vallecano se produjo en 1953, con ocasión de una visita de los argentinos a Madrid para disputar un partido en el Santiago Bernabéu. Los dirigentes del equipo vallecano obsequiaron a los argentinos con una foto firmada de la plantilla y ellos respondieron regalando dos juegos de sus equipaciones compuestas por camisetas, pantalones, medias y botas.
La temporada 1953/54 fue la última en el campo del Rodival porque el Ministerio de la Vivienda expropió aquellos terrenos para la construcción de 380 viviendas y fundar la Colonia Erillas. El Rayo, sin contar con terreno de juego, comenzó la Liga de Tercera División Grupo 16 el 11 de septiembre de 1955 en el Campo de la Mina de Carabanchel.
El equipo debutó en el Estadio de Vallecas tan solo una semana después, el 18 de septiembre de 1955, en la segunda jornada de liga de Tercera, jugando contra el Aranjuez, aunque de forma oficial el nuevo campo no fue inaugurado hasta el 8 de septiembre de 1957 contra el Carioca América de Belo Horizonte, de Brasil.
El 15 de octubre de 1972 se jugó el último encuentro en el Estadio de Vallecas. Cuatro días después se clausura definitivamente el estadio por estar "en ruinas y peligrosas condiciones", como dijo el entonces presidente de la entidad, Pedro Roig.
El domingo 5 de noviembre de 1972 se disputó el primer partido oficial en el Estadio de Vallehermoso contra el Sabadell. En ese recinto del norte de Madrid estuvo el equipo cuatro años ya que las obras del Nuevo Campo de Vallecas, aunque se iniciaron en 1972, se prolongaron como consecuencia de las huelgas laborales.
El nuevo estadio, pensado inicialmente para 20.000 personas, tuvo que ver reducida su capacidad hasta las 15.500 debido a la normativa de la UEFA, aunque posteriormente, al suprimir las vallas que separan el terreno de juego de las gradas, quedó en 14.708.
El 5 de junio de 1976 fue inaugurado con un amistoso frente a un combinado de los equipos del Real Madrid y Atlético de Madrid. Un día después, el 6 de junio, se celebró el primer partido oficial contra el Valladolid.
La siguiente temporada, con Francisco Javier García Verdugo, el Rayo ascendió a Primera con un equipo recordado por la afición, que tenía entre sus integrantes a Miguel Uceda, Antonio Anero, Álvaro Ruiz, Félix Barderas Felines, Potele o Enrique Fernández Francisco, que anotó quince tantos.
El debut en la máxima categoría no pudo ir mejor en la campaña 1977/1978, forjándose la leyenda del Matagigantes al ganar en su estreno en Primera a Real Madrid, Athletic Club de Bilbao, Valencia, Atlético de Madrid y Barcelona, con plantillas mejores, de más presupuesto y más historia en el campeonato.
El 8 de agosto de 1978, después del Mundial, se jugó el único Rayo–River Plate de la historia, a pesar de su hermanamiento. Fue durante el Torneo Villa de Madrid, organizado por el Atlético de Madrid, que invitó, además de a estos dos equipos, al Derby Country inglés.
No regresa a Primera hasta 1989
En 1980 el Rayo descendió a Segunda y no regresó a Primera hasta 1989 para un efímero paso de una sola temporada.
El 27 de marzo de 1991, en un momento de crisis económica, el club se convierte en Sociedad Anónima Deportiva y el empresario José María Ruiz-Mateos compra la mayor parte de las acciones. Su presidencia duró casi tres años, hasta que el 12 de enero de 1994 la sucede en el cargo su mujer, Teresa Rivero, primera mujer que preside un club de fútbol de Primera.
Una de sus primeras decisiones fue rebautizar el nombre, que pasó de Agrupación Deportiva Rayo Vallecano a Rayo Vallecano de Madrid, sustituyendo en el escudo las letras RVM a las de ADRV.
La etapa de Juande Ramos
La llegada de Juande Ramos al banquillo en 1998 dio inicio a una etapa exitosa en la que primero se consiguió un ascenso, dos permanencias seguidas en Primera y la disputa, debido a una invitación por juego limpio, de la Copa de la UEFA, competición en la que llegaron hasta cuartos de final.
Esa ola de éxito llevó a que en agosto de 1999 los abonados del club aprobasen en referéndum incorporar el nombre de la presidenta al del estadio, que pasó a denominarse a partir de entonces Campo de Fútbol de Vallecas Teresa Rivero” La decisión duró hasta finales de 2011, cuando se acordó, de nuevo por votación, quitar su nombre.
Esa acción terminó por completo con la etapa de Teresa Rivero y la familia Ruiz Mateos en el club tras unos últimos años muy convulsos penando por Segunda B y Segunda desde 2003 a 2011.
Venta del club a Raúl Presa
El 5 de mayo de 2011 se hizo oficial la venta del club por parte de la familia Ruiz-Mateos a Raúl Martín Presa, que se hizo con el 98,6% de las acciones. El empresario asumió la deuda y se comprometió a pagar en plazos los salarios atrasados a los jugadores y cuerpo técnico, a la espera de que se certificase el ascenso a Primera, algo que se produjo unas semanas después.
El 20 de junio, dos meses después de tomar las riendas del club, el presidente Martín Presa anunció la entrada del Rayo Vallecano en Ley Concursal y, un año después, se logró una permanencia agónica en Primera con el recordado Tamudazo en el último minuto del tiempo añadido frente al Granada.
Ese partido fue el último de José Ramón Sandoval en el banquillo. La apuesta del club para el siguiente curso fue por Paco Jémez, un entrenador que marcaría una época con cuatro temporadas en la máxima categoría y una de ellas, la primera, con un histórico octavo puesto.
Vuelve en 2021 con Iraola
Tras el descenso de 2016, el Rayo no volvería a asentarse en Primera hasta 2021 con Andoni Iraola, un entrenador forjado en el Athletic, con una escuela de valores similar a la del barrio de Vallecas, y sus tres años en el club dejaron un sello que a día de hoy perdura bajo el mando de Iñigo Pérez, que fue su segundo y ahora es el líder del vestuario.
En los últimos años, bajo la presidencia de Raúl Martín Presa, el club parece estabilizado a nivel deportivo aunque el enfrentamiento de la directiva con la afición es total. Los aficionados critican al presidente su manera de gestionar el club, con excentricidades como el proyecto frustrado de la franquicia estadounidense del Rayo Oklahoma en 2016 y su apuesta exclusiva por el primer equipo, descuidando la cantera, el femenino y la fundación.
El próximo reto, el primero del centenario, es el de definir el nuevo estadio. La afición quiere que se mantenga en el mismo emplazamiento, pero con una reforma integral para mejorar la seguridad, accesibilidad y limpieza y la propiedad no descarta mudarse a otra zona de Vallecas para poder hacer uno nuevo que tenga mayor capacidad.