La última acusación contra Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ha llegado de su propio tío, Juan Rubiales, exjefe de gabinete de la RFEF.
En declaración ante la Fiscalía Anticorrupción, a la que ha tenido acceso el diario El Mundo, Juan Rubiales ha denunciado una fiesta privada en un chalé de Salobreña, Granada, a comienzos de 2020, con el pretexto de unas jornadas de trabajo, pero se trató del alquiler de dicha vivienda para disfrute de él y su equipo más cercano, invitando a un grupo de ocho o diez chicas jóvenes.
Más tarde, en agosto del mismo año, Luis Rubiales pidió a su tío buscar una fórmula para desviar dinero para el padre del presidente. Juan se ofreció a ponerlo de su propio bolsillo, pero Luis rechazó esa propuesta diciendo que el dinero debía salir de la Federación. Tras ello, Luis destituyó del cargo a su tío porque "no quería volver a verle".
Juan Rubiales también denunció la contratación de una agencia de detectives para seguir a David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas, cuyo coste fue cargado a las arcas federativas.
La Federación Española ha reaccionado con una nota informativa en la que desmiente tajantemente las declaraciones de Juan Rubiales, y las tacha de manipulación de un exempleado movido por el despecho.
Juan Rubiales también denunció la contratación de una agencia de detectives para seguir a David Aganzo, presidente de la Asociación de Futbolistas, cuyo coste fue cargado a la Federación.