El Barcelona logró el billete para los cuartos de final de la Copa del Rey tras ganar a Unionistas de Salamanca (1-3), que milita en la Primera Federación, pero el técnico azulgrana, Xavi Hernández, admitió vivir con desesperación que sus jugadores no sean capaces de plasmar en el césped lo que les transmite.
"A ratos hemos jugado bien, pero a ratos tenemos que jugar mejor. A veces me desespero porque no hacemos lo que toca. Cuando digo que estamos en construcción es esto, que tenemos que hacer lo que toca cada vez", indicó el entrenador catalán tras el encuentro disputado en Salamanca.
Ganó el Barça, pero no convenció en el Reina Sofía contra un rival de categoría inferior. Así lo aceptó de nuevo Xavi, que lamentó los errores de concentración y la falta de agresividad de sus jugadores en la primera parte, si bien celebró la mejora en el segundo tiempo, cuando su equipo culminó la remontada con los goles de Jules Kounde y Alejandro Balde.
No es la primera vez que deja entrever que sus futbolistas no llevan a la práctica lo que se entrena en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
Sin ir más lejos, tras el naufragio en la final de la Supercopa de España (1-4), Xavi dijo entre líneas que sus jugadores no aplicaron lo que habían trabajado en los entrenamiento para frenar las transiciones del Real Madrid, que marcó dos goles, obra de Vinicius, en los primeros diez minutos de partido.
"No hemos parado carreras, no hemos hecho faltas tácticas; ellos viven de eso. Y los dos primeros goles han llegado de dos jugadas al espacio, a la espalda. Lo sabíamos y lo habíamos trabajado", señaló.
Tras conquistar con solvencia LaLiga y la Supercopa de España la temporada pasada, este curso se presentaba como el de la consolidación de su proyecto.
"El objetivo principal esta temporada es que el equipo juegue mejor a fútbol", valoró el preparador de Terrassa en los primeros latidos de la presente campaña. Mientras intenta dar con la tecla, su equipo sobrevive en las tres competiciones. Pese al mal momento de juego, el Barça todavía tiene opciones de ganar los principales títulos de la temporada, pero sus pupilos transitan sobre el alambre.
En LaLiga, ocupa la cuarta posición, a ocho puntos del Girona, que tiene un partido más, y a siete del Real Madrid; en la 'Champions', el se clasificó para los octavos de final como primero de grupo no sin sufrir dos derrotas sorprendentes contra el Shakhtar (1-0) y el Amberes (3-2), dos rivales sin pedigrí europeo; mientras que en la Copa del Rey ya está en cuartos tras vencer sin alardes a dos equipos de menor categoría: el Barbastro (2-3) y Unionistas (1-3).
Después de apelar al cruyffismo antes el doloroso traspié en el último clásico, Xavi recordó en la previa copera que, desde su llegada, siempre ha cumplido con los objetivos fijados por la directiva.
"Cuando me fichan, vienen a Catar y me dicen que el club está muy mal y el objetivo es quedar cuartos, y quedamos segundos. El año pasado, el objetivo era ganar la Liga, así me lo hizo saber el presidente, y se ganaron la Liga y la Supercopa", puntualizó.
Y se refugió de nuevo en el resultadismo para responder a los que cuestionan su futuro: "Si no se gana y no se consiguen títulos, habrá consecuencias, lo he dicho desde el primer día. Nunca voy a ser un problema para el Barça".
Para soñar con títulos, los jugadores del Barcelona, como defendió esta semana el entrenador del Manchester City, Pep Guardiola, tienen que dar un paso adelante, como también lo debe de dar el juego del equipo para acabar con la desesperación de Xavi.