El piloto madrileño Carlos Sainz guarda en casa sus cuatro Rally Dakar. Nos recibe en su despacho profesional. Una sala repleta de trofeos y de sueños cumplidos.
Un sueño hecho realidad con 61 años y con un coche en el que pocos creían. Doble satisfacción tras un Dakar, cada año más complicado. El sufrimiento ha merecido la pena. Toca pensar en el futuro inmediato.
La página del Dakar 24 ya ha pasado. El libro de Carlos Sainz aún tiene muchos renglones por escribir.
Para proyecto, la Fórmula 1 en Madrid. Mueve muchas cosas, pero sobre todo ilusión. En su caso la de ver a su hijo ganando en Madrid.