A finales de agosto, en Mónaco, el azar quiso que el Atlético de Madrid se enfrentase con el Celtic, el Feyenoord y la Lazio en la Liga de Campeones. A mil kilómetros de allí, la Policía española tomaba nota: no les preocupaba el juego de los colchoneros, sino los aficionados ultras de sus rivales que agitan el avispero de la violencia en el fútbol.
Todavía se complica más cuando entra en juego la diplomacia ultra, los hermanamientos y enemistades internacionales entre grupos. Es el caso, por ejemplo, del Atlético-Lazio del próximo miércoles, "marcado en rojo" por los agentes de Información ya que se prevé "caliente" en las calles.
¿El motivo? El Frente Atlético mantiene buena relación con la Curva Sud, los seguidores radicales de la A.S. Roma, y los Ultra Sur, del Real Madrid, están aliados con los Ultras Lazio, históricamente conocidos como 'Irriducibili'.
"Va a ser el partido más difícil (del grupo del Atleti) con diferencia, porque puede que se presenten ultras de la Roma y los de la Lazio van a venir con intención de armar follón. Se van a intentar buscar como sea por Madrid", incide el inspector.
Los radicales, señala, forman parte de un "mundo oscuro" en el que las ideologías marcan el rumbo, pero donde impera la rivalidad deportiva y el odio. Es por eso que los miembros del Frente Atlético y los Ultras Lazio, pese a ser ambos de ultraderecha, están enfrentados entre sí.
Desde la CGI dan por sentado que la Comisión Antiviolencia declarará el partido de alto riesgo y se desplegará un amplio dispositivo policial para controlar a los cerca de 3.000 aficionados de la Lazio que tendrán entrada para el partido -más los que se desplacen sin ella- y a los radicales de la Curva Sud o Ultra Sur que puedan sumarse a la fiesta.