Mbappé es la sensación allá donde va y como gran estrella que es, ni se inmuta, casi esquiva, pero no pierde de vista, esa camiseta blanca que cae a sus pies y puede ser su próximo uniforme.
Mbappé maneja la escena como nadie. Jugar al gato y el ratón o al escondite con su futuro inmediato. La decisión está cerca, pero parece la historia interminable.
Todo es posible con Mbappé. Sus regates dialécticos están a la altura de los que hace en el campo. En el foco mundial hasta que haga público su futuro Más ganas tiene el madridismo de corear, por fin, su nombre.