Míchel se despidió entre lágrimas del Rayo Vallecano, del que se marcha destituido como entrenador, pero arropado por la directiva, sus compañeros del cuerpo técnico, los jugadores de la primera plantilla, trabajadores del club y los medios de comunicación.
Míchel, considerado un símbolo del Rayo por su trayectoria en el club desde niño hasta futbolista profesional y después entrenador del primer equipo, ha sido destituido por los malos resultados tras encadenar siete derrotas consecutivas.
Su categoría de emblema dentro del club provocó que su despedida del Rayo no fuera como la de cualquier otro entrenador que a lo largo de la historia se fuera por su cuenta o acabara destituido por la directiva.Míchel estuvo arropado en su conferencia de prensa de despedida por los capitanes del primer equipo, Alberto García, Adrián Embarba, Jordi Amat, Oscar Trejo y miembros del cuerpo técnico.
Míchel declaró emocionado que se sentía "preparado" para seguir como entrenador del Rayo, admitió resignado que el fútbol son "números y no sentimientos" y dijo que, después de salir dos veces del club en contra de su voluntad, podría ser que hubiese "alguna tercera vez para volver".
"Me he ido dos veces. Me fui como jugador en contra de mi voluntad y hoy como entrenador igual, pero un rayista nunca se rinde. Puede ser que haya alguna tercera vez para que pueda volver", dijo Míchel, en conferencia de prensa.
"Espero que se pongan a las ordenes del nuevo entrenador y consigan el objetivo de la permanencia. Yo ahora estoy fuera y no quiero ser foco de nada", apuntó Míchel.