Parecía un punto de inflexión. Era el zenit del fútbol femenino en España, sin embargo estamos uno de los momentos más crítico de nuestra historia. Por un lado, está el conflicto sobre el -no- comienzo de la liga. Ni la patronal ni los sindicatos de las futbolistas logran ponerse de acuerdo para desatascar la situación.Este fin de semana tuvo lugar la primera jornada de huelga, y se espera una segunda, a menos que se resuelva todo en la próxima reunión.
Por otro lado, el caso de la Selección española. Tras el mundial, las futbolistas volvieron a exigir una serie de cambios a la federación. La destitución de Vilda consideran que es insuficiente, y para colmo, el nombramiento de Montse Tomé no ha generado un consenso en el vestuario por su falta de experiencia.
En el horizonte, el partido ante Suecia el 22 de septiembre, en el que, por el momento, y a la espera de conocer la lista el próximo viernes, la seleccionadora no podrá contar con las 81 jugadoras que renunciaron a la Selección.
Con varios frentes abiertos y el tiempo corriendo en su contra, el futuro del fútbol femenino se vuelve incierto.