Como en cualquier gran empresa, los objetivos salen a delante gracias al trabajo en equipo. De una acción coordinada en la sala de máquinas, un procedimiento, que aunque puedo no parecerlo, se repite en el mundo del fútbol.
¿El fin en este caso? Que la cadena de montaje, o lo que es lo mismo, los jugadores, fabriquen goles. Acción que obligatoriamente pasa por el centro del campo. El motor del juego cuyas piezas deben estar bien ensambladas.
Un problema si hablamos del Real Madrid, donde, digamos, los engranajes están deteriorados. Ante el Mallorca, Zinedine Zidane podría no contar ni con Modric ni con Kroos. Ambos están tocados. El croata tras la actuación con su selección, mientras el alemán continúa recuperándose de la lesión muscular que arrastra.
Tan solo cuatro centrocampistas puros, tres principales para el entrenador del Real Madrid, Modric, Kroos y Casemiro. Un tridente que ha arrancado de titular en solo dos partidos esta temporada.
Suerte que Zidane ha tenido a Valverde como pieza de recambio. El centrocampista uruguayo ha sido la pieza idónea para ajustar la maquinaria en el centro del campo blanco y ante el Mallorca, se presenta como posible acompañante de Casemiro.
Pero todo no lo puede hacer soolo el centrocampista brasileño, aunque esta temporada va camino de ello. Solo ha descansado 65 minutos de los 1.260 posibles. Para apoyarlo, Zidane recurrirá a Isco o JamesRodríguez, que llevan preparándose durante el parón de selecciones.
Y que este fin de semana, con los titulares en la enfermería, podrían contar con su oportunidad.