El centrocampista del Atlético de Madrid Saúl Ñíguez celebra el haber cumplido ya 300 partidos con la camiseta rojiblanca, una cifra que le hace tener claro que este era "el sitio adecuado" en el que aterrizó hace ya más de una década y en un momento en el que venía de "una situación muy dura" a nivel personal.
"Venía de una situación muy dura para mí y encontrar de repente que este era mi sitio, el adecuado, en el que iba estar muchos años, era especial", señala Saúl en referencia a su llegada en 2008 para jugar en el Cadete B en una entrevista a los medios oficiales del club con motivo de sus 300 partidos como colchonero.
El ilicitano, que no olvida que tuvo "la suerte" de tener entonces unos compañeros que hicieron que se lo pasase "muy bien" y que pudiera "disfrutar del fútbol", habla también de sus dos hermanos, Jonathan y Aarón, "pieza fundamental" de su vida y que también dejaron el hogar cuando eran niños por el fútbol.
"La única manera de seguir creciendo era competir contra los mejores y eso es lo que siempre me ha hecho ser mejor. Mis hermanos han sido mejores que yo y por eso quería competir y mejorar día a día", expresa emocionado.
Su debut fue en la Liga Europa en marzo de 2012, momento en el que cumplió "un sueño". "Ni lo pensaba en ese momento. Vino el Cholo a verme con el Atlético B, jugué de pivote e hice un gran partido y al jueves siguiente estaba ya jugando con el primer equipo. En ese momento no te das cuenta de lo que estás consiguiendo y es cuando realmente disfrutas de todo. Agradezco al Cholo que me diese esa oportunidad", subraya.
De todos modos, en la temporada 2013-2014 se marchó cedido al Rayo Vallecano y en la siguiente estaba "hablado" que se iría otro año a coger experiencia, pero gracias a su "trabajo diario" consiguió cambiar la opinión de Simeone. "Conseguí en la Supercopa de España ser titular en el Bernabéu y eso es lo que buscaba, sentirme partícipe y que iba a contar con la confianza del mister", admite.
Un "momento muy duro" como rojiblanco llegó en la ida de octavos de la Liga de Campeones 2014-2015 ante el Bayer Leverkusen cuando estaba "asentado en el once" del equipo. "Estaba consiguiendo lo que quería y por lo que tanto había luchado y recibí un golpe en el riñón que tenia operado y tuve una hemorragia interna y externa", rememora el centrocampista.
"Tengo que agradecérselo al doctor Villalón, que estuvo cinco días ingresado conmigo y no se movió de mi lado. De los momentos más duros no fue el golpe, sino el ir en la ambulancia y ver a mi padre llorar, pero le dije que estuviese tranquilo, que era un toro", remarca.
Un momento más alegre es su gran gol en la ida de las semifinales de la Champions de la temporada siguiente ante el Bayern alemán. "Sinceramente, es un gol que se da una vez en la vida. Cogerla en el medio, regatearte a cinco y meterlo, no me lo creía. Me marcó y me marcará el resto de mi vida", confiesa.
Saúl también se refiere al "año complicado" en la campaña 2017-2018, cuando no pudieron pasar la fase de grupos de la Champions. "La gente pensaba que estaba todo perdido por caer en una competición como la Liga Europa, pero supimos hacer lo que teníamos que hacer", advierte tras la conquista del título y la que considera su celebración "mas especial con la afición". "Son recuerdos que me quedo para mí más que el propio título", señala Saúl.
Fernando Torres, su ídolo
El alicantino reitera que Fernando Torres es su "ídolo" y ahora "amigo", y asegura que el fuenlabreño hizo que creciera "muchísimo", y lamenta que por la pandemia no puedan tener a su afición. "Es un poco melancólico, se echa mucho de menos a nuestra gente, espero que pronto pase esto y que estén con nosotros", apunta.
Finalmente, el futbolista rojiblanco, que trabajará "para volver" a la selección, cree que estos 300 partidos en el Atlético son "una cifra más". "Me gustaría que sean solamente un número y que sean más. Lo intentaré y pelearé por ello", sentencia.