Un partido amistoso Santa Ana contra el Leganés B y otro de competición, Unión Adarve frente al Trival Valderas de la Copa Federación. En ambos casos se aprecia que la práctica totalidad de los futbolistas llevan las mascarillas bajadas o por debajo de la nariz.
Pues bien, de acuerdo al protocolo covid-19 aprobado por la Real Federación de Fútbol de Madrid para las categorías no profesionales, todos estos jugadores deberían haber sido advertidos, amonestados e incluso expulsados.
Dicho protocolo establece la obligación de que los futbolistas jueguen con la mascarilla puesta. Si en algún momento se la bajan para respirar o escupir, serán advertidos. Si vuelven a hacerlo, recibirán tarjeta amarilla y si lo hacen una tercera vez, se les expulsará.
Si todos o casi todos los jugadores van sin mascarilla y se niegan a ponérsela, el partido será suspendido. Así de tajante es la normativa.
Por otro lado, ante las restricciones impuestas por la Comunidad de Madrid en 37 áreas sanitarias, restricciones que afectan a la práctica deportiva, la Federación de Madrid ha pedido al Comité de Fútbol Aficionado el aplazamiento del inicio de las competiciones hasta el próximo 14 de noviembre.