La isla de Man es un pequeño territorio, situado entre Inglaterra e Irlanda con identidad propia. Un país de origen celta, colonizado por los vikingos que una vez al año suena el sonido de las motos.
Su famosa carrera es algo más que una prueba motociclista. Tan diferente como su leyenda negra. En sus 116 ediciones han muerto 265 pilotos. Pero los que se atreven con el reto sucumben a su atracción.
Víctor lleva seis años disfrutando de esas sensaciones y este, además lo ha hecho en lo más alto del podio del Junior Mans.
El orgullo de un piloto explosivo, como representa su sobrenombre, Dinamita. Un apelativo que también simboliza la ambición para seguir creciendo. Seguro que Víctor repite el año que viene