En los ojos de Jorge Vilda se refleja la admiración que siente por su padre. Ahora todo el mundo le reconoce como el líder de la mejor selección española femenina de fútbol, pero en buena parte se lo debe a él.
Su padre, Ángel, fue la persona que le entregó el testigo en la Real Federación Española de Fútbol: "Verlas ahora en un Mundial, una selección dirigida por mi hijo, ellas respondiendo y dejando a España en el lugar que la han dejado, verdaderamente es para estar emocionado".
La figura de su padre ha estado muy presente en el Mundial de Francia, pero siempre respetando su parcela. "Mi padre siempre me ha quitado presión, recuerdo que antes del Mundial me pedía que intentara disfrutar", señala Jorge Vilda.
Durante años trabajaban juntos en las categorías inferiores de la selección española femenina. "Hemos trabajado codo a codo, es que yo he sido su ayudante y él ha sido el mío, nos lo hemos pasado pipa", confiesa Ángel Vilda.
Formaron a la mejor generación de jugadoras españolas de la historia y con los octavos de final del Mundial se empiezan a recoger los frutos. "Después de este Campeonato del Mundo puede haber un antes y un después en cuanto al número de licencias, yo auguro un futuro muy bueno para el fútbol femenino por el potencial que tenemos y por la juventud que viene", concluye el seleccionador español.