El Real Madrid saltó al Camp Nou con miedo a la derrota y un planteamiento alejado de su grandeza. Tácticamente no tocó nada Julen Lopetegui y su intención iba orientada a ser fuerte defensivamente para dañar al rival con velocidad al contragolpe.
Sus jugadores no respondieron, se ahogaron en la presión rival, no tuvieron fútbol para contrarrestarla ni el físico adecuado, con futbolistas como Marcelo jugando tocado de su tobillo derecho o Isco Alarcón muy lejos de una buena forma física para desequilibrar. Fueron recibiendo golpes sin mostrar capacidad de reacción.
Sin referentes
Al Real Madrid le volvió a faltar ante el Barcelona un líder al que agarrarse cuando le vinieron mal dadas. Debía de ser Gareth Bale pero el galés apenas apareció en la única ocasión que encontró espacios, por banda izquierda, al poco del inicio del partido.
Su bajón en rendimiento desde que le llegaron los problemas musculares, le han hecho dar hacia atrás el paso que dio al frente para ocupar el vacío dejado por Cristiano Ronaldo. Nadie lo asume.
A Benzema le falta personalidad, a Isco físico tras su apendicitis, Modric no encuentra el rumbo adecuado y Marco Asensio repitió suplencia tras rebajar su influencia en los malos momentos. Y Sergio Ramos está en una baja de forma alarmante.