Una de las condiciones que exige la Dirección General de Tráfico para obtener o renovar el carné de conducir, es tener un estado de salud óptimo. Por esta razón, todos los conductores deben superar un reconocimiento médico.
La DGT advierte sobre las graves consecuencias de conducir con ciertas enfermedades: bien por los síntomas o por los medicamentos que hay que tomar al padecerlas.
Estas dolencias se engloban dentro de nueve categorías: cardiacas (Arritmias, infarto agudo de miocardio, portadores de prótesis valvulares, de marcapasos o de desfibrilador automático); vasculares (Disección, Aneurisma de grandes vasos); endocrinas (Trasplante renal, Nefropatía con diálisis); psiquiátricas (Demencia y trastorno de ansiedad, trastorno de la personalidad, depresión, trastorno del sueño, trastorno obsesivo-compulsivo, trastorno del desarrollo intelectual, TDH o dependencia del alcohol y drogas); neurológicas (Crisis o pérdida de conciencia, epilepsia, accidente isquémico transitorio); digestivas; respiratorias (Apnea del sueño, disnea permanente en reposo o de esfuerzo leve); oncológicas; crónicas y degenerativas.
¿Por qué es incompatible conducir con esas enfermedades? Varios estudios han confirmado cómo aumenta el riesgo de sufrir un accidente en la carretera cuando los conductores padecen alguna de ellas. Por eso, la DGT podría no renovar el carnet de conducir en este año 2024 o exigir una renovación anual.
Mario Arnaldo, Presidente de Automovilistas Europeos Asociados llama a la calma: "no creemos una alarma innecesaria porque desde hace mucho tiempo existe un cuadro de enfermedades y del deficiencias que son causa para establecer restricciones o exigirnos adaptaciones para poder conducir".