Paseamos por los muros de este monasterio que es famoso en todo el mundo, para visitar algunos aspectos poco conocidos que pasan desapercibidos normalmente en la visita al Monasterio del Escorial.
En el momento de mayor declive de la Casa de Austria, en 1692 Luca Giordano fue llamado a Madrid para llevar a cabo las grandes decoraciones murales del monasterio de El Escorial, tanto en la escalera como en las bóvedas de la basílica, donde trabajó entre 1692 y 1694.
El Patio de los Evangelistas es una de las imágenes más características del Monasterio de El Escorial. Muy influenciado por el renacimiento italiano, recibe su nombre por los cuatro evangelistas que hay en el templete central.
Al adentrarnos en las salas capitulares, donde se reunían los monjes, vemos los bancos corridos para dar asiento a los religiosos. Desde su fundación, se decoraron con las mejores pinturas religiosas de la Colección Real.