Cada noche, Félix Madero se despide de El Enfoque con una mirada muy personal a lo pequeño.
Un detalle o una historia anónima.
Hoy Félix Madero nos cuenta la historia de un hombre que comprobó todo lo que la vida le puso a su disposición. Conoció el éxito y el fracaso, los interesados y la amistad, el amor y el sexo comprado y revestido de falso cariño. Pero no conoció la paz.
Fue todo y terminó en nada antes de cumplir 60 años. Tocaba en garitos con su mujer, a la que dicen que quiso de verdad. Cuando su mujer falleció el también comenzó a morir.
Hacía reír a los demás, pero nunca se reía él. Mientras España reía sus chistes, Eugenio moría de pena.