El París Saint Germain, con una velocidad superior y mucha más experiencia, apabulló al Real Madrid femenino, achicado ante el campeón francés y superado en todas las facetas del juego, que encajó su primer gran revés europeo.
El representante español no tuvo opción alguna. No fue una amenaza para un rival que está en su salsa en una competición de la que es habitual y en la que se maneja a sus anchas. Todo lo contrario que el cuadro blanco, un recién nacido en el fútbol femenino.