Los cambios de estación afectan siempre en nuestro estado de ánimo. Factores como la luz y el clima hacen reaccionar a nuestro cuerpo generando sustancias bioquímicas que activan nuestro sistema emocional provocando alegría, pena, desmotivación, euforia...
La astenia primaveral, un estado general de pasividad y cansancio, es un ejemplo de cómo influye el clima en nuestro estado psicológico.