Un año más se han entregado en Oviedo los Premios Princesa de Asturias, que este año celebran su edición número 40, inevitablemente marcada por el Covid-19. Estos galardones son una de las citas culturales más prestigiosas, no solo de España, sino en el resto del mundo.
Como cada año, la ceremonia está presidida por los Reyes Felipe VI y Leticia, acompañados por sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, además de la Reina Sofía. En esto nada ha cambiado respecto a los últimos años, pero es evidente que esta edición no es igual.
¿Cuáles son las principales diferencias con la edición del año anterior?
El cambio más visible de esta edición está en el lugar de entrega de los Premios. La pandemia traslada los galardones del Teatro Campoamor al Salón Covadonga del Hotel Reconquista.
Cuarenta años después, los Premios Princesa de Asturias regresan a su lugar de origen, la misma sala en las que se constituyeron el 24 de septiembre de 1980.
Este cambio se ha hecho por una cuestión de aforo. De los 1.400 invitados que acoge el Teatro Campoamor, hemos pasado a tan solo 47 personalidades entre premiados y autoridades.
La segunda diferencia se ha notado en la calle. Este año los premiados no han sido recibidos por la multitud que suele esperar a las afueras del teatro.
Por el aforo, la institución ha dejado a elección de los propios galardonados su asistencia o no a la ceremonia, dado que provienen de distintos países y existen diversos criterios restrictivos para poder viajar.
Es por eso que, de las ocho categorías de los premiados, habían confirmado su asistencia presencial cinco de ellas. Eso sí, vayan o no, todos reciben su premio.