Trucos para elegir bien estas frutas sin llegar a abrirlas
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REDACCIÓN
El melón y la sandía son la fruta por excelencia del verano, no tienen calorías, azúcar, ni grasa ni colesterol y además nos ayudan a refrescarnos. Pero, ¿Sabemos elegir un buen melón o una buena sandia a simple vista?
Sin duda esta labor no es tan fácil como pensamos, por eso nuestra nutricionista nos cuenta algunos trucos para saber si estamos eligiendo bien el melón o la sandía que queremos comprar.
Para ello vamos a usar los cinco sentidos. Empezamos por el tacto y el oído. Si el melón es duro al tacto indica que "puede estar pasado o que ha podido sufrir algún daño", explica la nutricionista en Está Pasando. ¿Y con el peso? Pues cuánto más pese mejor, porque eso indica que el melón está más lleno.
Otro truco: los ejemplares que en la fruteríaestán arriba del todo son los mejores porque son los que menos golpes han sufrido y suelen estar en mejores condiciones.
Y en cuanto al toquecito y la presión: la sandía se golpea levemente y si está en su punto sonará hueco. Si suena a hueco es que está maduro. Al melón también se le puede dar un par de golpecitos en un lateral; estará en su punto si notas que vibra.
Con la vista también podemos saber si es un buen melón o una buena sandía. Hay que tener cuidado con los que tengan defectos, pero sin obsesionarnos. Una manchita más clara o amarilla no es mal síntoma: el fruto puede estar maduro, pero esa es la zona que reposaba sobre la tierra durante el cultivo.
Eso sí, que tener grietas no es lo mismo que tener arrugas: si tienen pequeñas rayas de 1-3 milímetros, seguramente es bueno.
¿Y qué pasa con el color? Los melones verdes intenso aún no están en su punto, aunque en la sandía hay más matices. Con el olfato también podemos intuir su estado: por ejemplo, la zona del péndulo debe oler a fresco. Si está verde no suele oler y si esta pasado puede oler un poco a vino, o incluso, un poco agrio.