Salvador Dalí siempre quiso ser un genio. Y vaya si lo consiguió. En la Residencia de Estudiantes conoció a Lorca y a Buñuel y juntos dieron rienda suelta a su talento. Pero también hubo alguien muy importante para el pintor: su musa y compañera de vida, Gala. Los dos formaron una de las parejas más excéntricas de la historia.