Trabajadores de las tres bibliotecas municipales de Madrid que abren los fines de semana quisieron ayer aprovechar el Día del Libro para dar visibilidad a un conflicto que ayer les llevó a la huelga.
Protestan porque el Ayuntamiento no reconoce como especial la jornada laboral de estos empleados en sábado y domingo, sino como ordinaria.
El paro, cuyo seguimiento se cifró en el 85%, mantuvo cerradas las tres bibliotecas municipales que abren sus puertas durante los fines de semana.