La familia y amigos de los dos jóvenes de 17 años que perdían la vida esta semana en la calle Hermanos Bécquer, al ceder una de las paredes del ascensor en el que se encontraban y con ella, parte de la estructura siguen llorando su pérdida.
El colegio en el que estudiaban los dos menores recordaba ayer en una misa a los fallecidos