Un tañido fúnebre de campanas a la misma hora en la que se produjo la tragedia, las seis y cuarenta y siete minutos de la tarde, ha recordado el tercer aniversario del terremoto que devastó Lorca.
No hubo actos oficiales porque el recuerdo de la catástrofe sigue muy presente en la memoria de los lorquianos.
La lentitud en los trabajos de reconstrucción tampoco ayuda a pasar página. De las 3.000 personas que perdieron sus hogares, sólo han conseguido regresar a sus casas 260.
Un problema que no sólo afecta a los vecinos desalojados, sino también a los negocios de la zona.